
No. No se han observado efectos negativos de la suplementación con creatina a largo plazo (20 g día-1 x 5 días seguido de 10 g día-1 x 51 días) sobre marcadores séricos de disfunción renal ni efectos negativos sobre la filtración glomerular, permeabilidad glomerular, reabsorción tubular ni patologías hepáticas (Mesa J, et al. 2002). De acuerdo con esto, Schröder y col. (2005) demostraron que la ingesta de creatina a largo plazo (5 g día-1) no genera ningún tipo de trastorno metabólico, al evaluar 16 marcadores clínicos de daño hepático, renal o muscular en un grupo de 18 jugadores profesionales de basketball suplementados durante 3 años. Por el contrario, se han descrito efectos negativos en pacientes con previa enfermedad renal que luego de ingerir 15 g creatina / día durante 7 días más una dosis de mantenimiento de 2 g creatina / día durante 49 días muestran su función renal deteriorada, la cual se restablece después de detener la ingesta del suplemento (Mesa J, et al. 2002).
De esta manera, como proponen Kim y colegas (2011), altas dosis de creatina (>3-5 g día-1) no deben ser consumidas por individuos con enfermedad renal o por quienes presentan un riesgo potencial de disfunción renal (diabetes, hipertensión, tasa de filtración glomerular reducida, etc.) (Tomado de: Bonilla DA, 2013).
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